miércoles, 30 de noviembre de 2016

ESTILOS DE CRIANZA. 


ASPECTOS EN LOS ESTILOS DE CRIANZA.

"Estilos de crianza se formaron en base a dos importantes aspectos.  El primero se refiere a la forma y el grado en que los padres responden a las necesidades del niño; el segundo está relacionado con el comportamiento maduro y responsable que los padres esperan de él".                                                                                                                                                                                                                               Smith 2006   

  ESTILO DE CRIANZA E INFLUENCIA EN EL DESARROLLO.


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Son un conjunto de conductas que son comunicadas al niño y que también causan un clima emocional en el cual la conducta parental se expresa. En pocas palabras es la forma en la que ha sido analizada la interacción entre padres e hijos. Estas  incluyen tanto las conductas en las cuales los padres representan sus prácticas parentales, así como las conductas no verbales también como son: gestos, cambios en el tono de la voz, o las expresiones emocionales espontáneas. Estos estilos son entendidos como la acción y el efecto de criar a los niños; estos ayudan y forman parte de la socialización, proceso por medio del cual, los nuevos miembros de la sociedad les son enseñados ciertas reglas de conducta, así como también aprenden indicadores que les ayudan a determinar cuales son las acciones más adecuadas para cada situación, ellos aprenderán a integrarse dentro del sistema social, el cual les brindará entre otras cosas seguridad, afecto, satisfacciones, y así mismo también aprenderán como actuar ante conductas negativas. Estas conductas también les enseñan a los niños a ponerse metas, desarrollar su lenguaje y a que se formen valores. Además  les ayudan adoptar conductas provechosas para ellos.



CRIANZA AUTORITATIVA.

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Los padres que usan la crianza autoritativa, entienden y respetan la individualidad del niño, tiene confianza en sus habilidades y conocimientos para guiarlos como padres, a la vez que respetan las decisiones de sus hijos, sus intereses, opiniones y personalidades.  Así, los padres autoritativos establecen lazos emocionales fuertes con sus hijos, lo que a su vez da mayor legitimidad a su estilo de disciplina.

El hecho de mostrar afecto y cariño por los hijos no hace que los padres autoritativos no exijan buenas conductas o que no sean firmes.  Por el contrario, éstos padres si castigan a sus hijos pero con sanciones limitados, relacionados a la falta, solo cuando es necesario y siempre llegando a un consenso previo con sus hijos para que ellos logren entender el porqué del correctivo.  Los padres usan la razón y el poder para lograr sus objetivos, convirtiendo a los castigos en algo justo y consistente.

Como se mencionó en la introducción, los estilos de crianza están asociados con los tipos de disciplina.  En este caso específico, la crianza autoritativa está fuertemente ligada con la disciplina inductiva ya que tanto por parte de los padres como de los hijos, se promueve la comunicación y la explicación del razonamiento detrás de sus posturas.

Las siguientes razones ayudan a entender por qué la crianza autoritativa es la mejor forma de educar a un hijo.  Ellos tienen a convertirse en personas más felices, tiene buen control y regulación de sus emociones, lo que a su vez los hace más seguros de sus habilidades, y son menos rígidos que niños criados con otro estilo respecto a los roles de género (por ejemplo los niños son más sensibles y las niñas más independientes). Adicionalmente, estudios realizados por la misma Baumrind muestran que los hijos de hogares con crianza autoritativa tienen menor riesgo de consumo de sustancia ilícitas durante la adolescencia.


CRIANZA PERMISIVA.


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Aquellos padres que usan las crianza permisiva, dan prioridad a la autoexpresión y a la autorregulación.  Se presentan a sus hijos como un recurso en vez de aparecer como los responsables de modificar o enseñar comportamientos.

Los hijos de este tipo de familias tienen la libertad de regularse a si mismos, bajo sus propias reglas o juicios ya que los padres exigen poco y permiten que los niños supervisen sus propias actividades.

El momento de establecer reglas, los padres permisivos explican demasiado las razones para hacerlo, casi como justificándose por intentar imponerlas.  Además consultan con sus hijos sobre las decisiones tomadas o los incluye en la toma de decisiones, cosa que no siempre es acertada ya que pueden ser temas sensibles o en los que los hijos no deberían opinar sino solamente acatar las decisiones de los padres.  Respecto a los castigos por el incumplimiento de las reglas, rara vez se aplican.

En la edad preescolar es cuando se ven más efectos de este tipo de crianza ya que estos niños tienden a ser inmaduros, tienen baja autoestima, además de ser los que tienen menos autocontrol y presentan menos exploración en general.

La crianza permisiva podría resumirse como aquel tipo de crianza en el que “los adultos exigen relativamente poco, permiten que sus hijos expresen libremente sus sensaciones, emociones e impulsos, no supervisan las actividades de sus hijos, y raramente ejercen control firme sobre su comportamiento” (Shaffer, 2009).


CRIANZA AUTORITARIA.
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Los padres que utilizan la crianza autoritaria se enfocan únicamente en el control y en la obediencia incondicional. Estos padres tratan de lograr que sus hijos se conformen a un conjunto de normas de conducta y por lo general castigan de una manera severa, arbitraria y muy enérgica cuando los hijos violan alguna de estas normas. Normalmente los padres autoritarios exigen mucho de sus hijos pero no explican las razones por las que se dan estas distintas reglas o normas.

Por otro lado los padres autoritarios se muestran distantes y menos cálidos que otros padres, como consecuencia sus hijos tienden a ser descontentos, más retraídos e inseguros.
En los hogares autoritarios los padres suelen controlar a sus hijos de una manera tan estricta que muchas veces no dejan que ellos puedan tomar decisiones independientes acerca de su propia conducta. Durante la adolescencia la crianza autoritaria puede llevar al adolescente a rechazar la influencia de los padres y buscar aceptación en sus pares con todos los costos que eso implica. (Fuligni y Eccles, 1993).

Debido a la crianza autoritaria algunos hijos tienden a tener colapsos emocionales que los llevan a la depresión, mientras que otros pueden decidir huir de la autoridad. Comúnmente los hijos de hogares autoritarios son niños retraídos, ansiosos, descontentos y presentan un autoestima bajo.

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